El Imperio Bizantino o Imperio Romano de Oriente fue la parte oriental del Imperio Romano que sobrevivió a la caída de la parte occidental. La vida del imperio se considera que transcurrió entre los años 395 y 1453. El Emperador romano Constantino el Grande ordenó reconstruir Bizancio (la actual Estambul) el año 330, dándole el nombre de Constantinopla y trasladando allí la capital del Imperio romano.
Fue considerado por su situación geográfica el puerto de trueque más importante entre Oriente y Occidente, y después de el Cairo y Bagdad una de las bolsas mayores de piedras preciosas.
Fue el centro de la moda y la elegancia (Paris hoy en día)
Muchas cosas de los palacios han desaparecido (oro, piedras preciosas…).
Influencia helenística.
Tendencia a la suntuosidad y ostentación
Se señalan lugares sagrados con cruces de oro y piedras preciosas
Los objetos de oro, esmalte y piedras preciosas que salían del imperio bizantino gozaran de fama mundial.
Importancia situación estratégica.
Con la fé cristiana se termina la costumbre de depositar ofrendas en los sepulcros.
Fuente de documentación mosaicos (importantes saqueos)
El imperio Romano alcanzó sus máxima expansión en el siglo II d. C. Estaba unido más allá de sus propias fronteras, a China por tierra, vía la ruta de la seda y por mar a la India. Los últimos emperadores se contentaban con ocuparse de la defensa de las fronteras e incluso de retirarse, si era necesario, para protegerse de las llegadas del exterior. Esta operación dilatadora triunfo durante años. El ejercito llego a desempeñar un papel cada vez más importante. Alrededor del siglo IV, la mayoría del ejercito estaba compuesto por mercenarios germánicos que lo amenazaban. La conversión al cristianismo en el año 315 d. C, del emperador Constantino el Grande, la institución del cristianismo como religión imperial del Estado y la fundación de Constantinopla como la nueva capital del Imperio de Oriente, fueron cambios decisivos en el siglo IV. En el siglo V, las tribus germánicas irrumpieron en el Imperio. Odoacro suplanto al último emperador de Occidente y diversos reinos germánicos se establecieron en Italia, Francia y España. Sin embargo el cambio fue gradual y aunque, en menor medida, tanto el estilo de vida romano como sus instituciones, persistieron durante mucho tiempo.
A partir del siglo IV la actividad artística se centra en la parte oriental del Imperio Romano, cuando el centro de gravedad y de la cristiandad se desplaza a Oriente como consecuencia de las invasiones bárbaras.
En joyería, durante el Bajo Imperio Romano, fue importante el atavío militar. Hebillas de cinturón, fíbulas, fueron insignias de poder. En el ejército llevar el cingulum, un cinturón ancho que se abrocha con una gruesa hebilla, era característica obligada del traje militar. En provincias se daba la bienvenida a nuevos estilos rechazando lo clásico. Eran muy populares unos fantásticos broches en forma de animal y fíbulas de esmalte de brillantes colores.
El principal concepto que vamos a analizar en este tema será: “el de adecuar el arte a la nueva situación que es el surgimiento de la religión cristiana”.
En lugar del ideal de belleza el nuevo arte hace hincapié en el contenido espiritual y el significado simbólico del objeto.
El anillo, el brazalete, el colgante, la fíbula, conservan formas básicas originales, comunes en el pueblo romano. Pero el simbolismo cristiano se apodero ahora de estas formas concretas, con el propósito de expresar por su medio, una parábola de la biblia, cargado de esta manea de simbolismo.
Por ejemplo:
El ancla: simboliza el fin afortunado del viaje en la vida, utilizada en algún adorno cristiano.
El alfa: principio de algo.
El omega: el fin de algo
La cruz: representado a cristo, su muerte y resurrección
El pez: identifica a Jesús, cristo, hijo de dios.
Estas formas se ubican en anillos, fíbulas y otras alhajas.
Con el Edicto de Milán, la religión cristiana sale de las catacumbas y se convierte en religión oficial teniendo al emperador como su protector.
Se tendrá veneración a la iglesia, se levantan templos en todas las partes de imperio, se cubren altares de oro y plata.
Las reliquias sagradas se guardan en cofres de marfil y metal engarzados con piedras preciosas, al igual que los cálices y otros objetos litúrgicos y libros que entran en contacto directo con el sacerdote, se enriquecen con oro, perlas y adornos de esmalte, se magnifican, se levantan ante la profanidad cotidiana.
El orfebre se pone al servicio de la Iglesia, trabajando en monasterios.
Cada convento forma a sus propios artistas-artesanos.
Se establece talleres monásticos de orfebrería que trabajan para la iglesia, aceptando también encargos civiles, en particular de las cortes y los nobles.
Surge en esta época el anillo papal.
Las monarquías absolutas de los soberanos cristianos del Imperio de Oriente exhiben toda su suntuosidad en su vestimenta oriental, cuya riqueza se muestra en materiales, como sedas, oro, perlas…
Adornos burgueses a tener en cuenta:
Solamente los varones, y al comienzo, collares rígidos como distintivo de su rango.
En cuanto al uso de collares flexibles, sobre todo oro y adornadas de buenas filigranas.
La fíbula, en cambio, era fuerte y grande, para sujetar sobre el hombro derecho la larga y pesada capa.
La sortija, conserva su gran importancia, especialmente como símbolo de status: para el hombre de oro, para la mujer plata o hierro, probablemente porque la mujer debía sumisión al marido (pero también se saltaban las leyes)
Mucha difusión logró el gran Arete Chato (aros, pendientes) en forma de luna, ejecutado en trabajo calado o adornado con pequeñas figuras.

Anillo 2.7 alto SVII d. c.
Hebras de metal onduladas y lisas. Forma un arco que sostiene un bisel terminado en forma de bóveda.
Anillo dorado y bronce, con granates 3.5 diámetro, corona de hojas de acanto, lleva engastado un granate bruñido.
Hebras de metal onduladas y lisas. Forma un arco que sostiene un bisel terminado en forma de bóveda.
Anillo dorado y bronce, con granates 3.5 diámetro, corona de hojas de acanto, lleva engastado un granate bruñido.
Anillo de oro 3.4 con bisel con forma de cabujón.
Arriba: fíbula
zoomorfa de bronce con esmalte. SII d.C.
Debajo: fíbula
zoomorfa de bronce con esmalte SII d.C.
Hebilla de cinturón de oro. SVI-VII d.C. Hebilla de
cinturón con forma delira, realizada en oro macizo, seguramente realizada en un
taller imperial en Constantinopla
Brazalete de oro con filigrana. SV d C. La superficie de este brazalete está
revestida de una filigrana y de granulado. El brazalete está engastado con un
gran disco que contiene una sencilla bola. Bolas abovedadas que aparecen
también en la banda lo mismo que unas delicadas cruces, que están trabajadas
para integrarse en el diseño. La combinación de una banda ancha y grande y un
disco central era muy popular en la época bizantina.
Corona de S. Esteban
Forma elíptica 203.9 mmx215.9 mm (mayor que el de una cabeza humana). El peso es de 2056 gr. La corona de S. Esteban está hecha en oro decorada con 19 imágenes esmaltadas, realizadas con piedras semipreciosas, perlas y alabandina (un mineral formado por sulfuro de manganeso). Posee tres partes:
a) Diadema
inferior: corona greca
b) las 2 bandas que se cruzan: corona latina
b) las 2 bandas que se cruzan: corona latina
c) la cruz de
la parte superior que en la actualidad esta torcida.
La corona griega:
2 piedras talladas de aguamarina. Aparecen representados: pantocrator, los arcángeles S. Miguel y S. Gabriel, S. Jorge, Demetrio de Tesalónica, S. Cosme y S. Damián. Aparecen inscripciones en griego 8haciendo alusión al fiel monarca de las tierras de los turcos) Aparecen placas esmaltadas.
La corona latina:
Fue diseñada para estar unida al borde superior dotando a ésta de una cubierta abovedada. Se transforma mediante estas 2 chapas de oro en corona cerrada. El simbolismo de una corona cerrada implica que el portador de la joya no se encuentra sometido a monarca alguno. Aparecen representados los apóstoles. La placa central se encuentra adornada con una imagen del Pantócrator, esmaltada mediante técnica del cloisonné (tabicado).
Se cree que se pudo añadir en el s XVI, pudo quedar torcida S XVII, dañada igual en el momento de cerrar el cofre de hierro en la que se custodiaba.
Pendientes de media luna, disposición de racimos de uva, granulado, alternados con perlas. Decoración esmaltada cloisoné , tabicado.
Ostrogodos
El historiador godo, Jordanes, narró en el siglo VI, el origen y la historia de los godos. Este pueblo germano abandono su patria en Escandinavia y se trasladó al sur. Alrededor del siglo IV se asentó en dos áreas al sur de Rusia al norte del mar Negro: los visigodos, al oeste y los ostrogodos mas retirados al este. Su prolongado contacto con la cultura mediterránea fue un factor decisivo en su historia posterior. En el año 374 d.C. los hunos, una horda asiática conducida por el temido Atila, irrumpió en Occidente. Su llegada creó una reacción en cadena conforme las tribus germanas huían hacia el oeste. En el año 454 d. C., los ostrogodos, derrotaron a los hunos. El imperio Bizantino concedió tierras a los ostrogodos en Nórica y Panonia, al norte y este de Italia. Teodoríco el Grande, el futuro rey ostrogodo de Italia, creció en la corte de Constantinopla.
Conquistó Ravena en el año 493. Se considera a sí mismo co-emperador de Constantinopla.
Joyería.
El contacto íntimo con Occidente permitió a los ostrogodos fundir influencias artísticas del Bajo Imperio, del cristianismo primitivo y bizantinas con sus formas nativas.
Sus joyas presentan animales estilizados. Criaturas semejantes al águila que surgen de las placas de las hebillas de cinturón.
La hermosa técnica de la incrustación utilizada en estas piezas la aprendieron de al sur de Rusia, pero se utilizo con particular exuberancia y se realzó con volutas incisivas, círculos continuos y otras formas ornamentales.
Accesorios de bronce con granates. Hebilla con almandinas.
Hebilla de
plata con cabeza de águila. Godas, sur de Rusia, SVI d. C. Hebilla que se ajusta al canon
romano. La placa rectangular contiene un gran cabujón central y un borde con
volutas. El extremo opuesto de la presilla termina en una gran cabeza de pájaro
saliente, de perfil. el águila era la única imagen animal que era importante en
el arte godo y fueron los godos quienes la llevaron a Occidente.
Hebilla de cinturón de bronce con cabeza de águila. SVI d. C.
El diseño de esta hebilla de cinturón juega con formas animales.
La totalidad está dominada por una gran cabeza de águila, que se repite en el
pequeño par de cabezas que conforman la presilla. La placa, una cabeza de
águila, y la presilla están lujosamente decoradas con cheurones, espirales y
círculos consecutivos. Los granates del cabujón añaden color y brillo a la
pieza.
Fíbula arco dorada y plateada con granates. SVI d. C.
Broche formado por una cabeza semicircular digitada, un pequeño,
pero muy abovedado, arco y un gran pie en forma de rombo que termina en la
cabeza de un animal. Los dígitos horizontales y centrales y el borde del pie
están decorados con granates en cabujón. La superficie del semicírculo, del
arco del pie están embellecidos con ricos diseños de espirales.
Brazaletes en plata. SVI d.C.
Brazaletes en espiral, sus extremos se asemejan a cigarras, o
posiblemente, a cabezas de serpiente.
Cuchara de marfil SVI-VII d. C.
Cuentas de colores y colgantes de bronce. Godos, sur de Rusia, SVI
d.C. Las cuentas son de ámbar y cristal multicolor. Los colgantes de bronce se
encontraron con las cuentas, formando parte de un único collar.
Visigodos
Godos- Ostros- Este
Visi- Oeste
Los visigodos conducidos por Alarico hasta Italia en el año 401, se establecieron, posteriormente, al sur de Galia y a España. Establecieron su capital en Toulouse. Sindonio, un poeta contemporáneo latino, afirmó que la corte visigoda combinaba “la elegancia griega, la plenitud gala y el vigor italiano”. El poder emergente de los francos desafió a los visigodos a ir al norte, donde fueron derrotados de modo decisivo en Vouille, en el año 307. Su retirada a España supuso el traslado de la capital a Toledo. Los visigodos, que ya estaban muy romanizados cuando llegaron a España, difícilmente pudieron provocar la ruptura con la cultura hispano-romana. La conversión al catolicismo de Recaredo (586-601) cimentó esta alianza. Alrededor del siglo VII los rasgos puramente germánicos de la cultura visigoda habían simplemente desaparecido. Cuando cayeron todos los enclaves bizantinos, el gobierno visigodo se extendió a toda España. Su reino perduró hasta la invasión musulmana en el año 711.
Joyería:
Fíbulas hechas con enormes láminas de plata son una forma temprana que los visigodos trajeron consigo de Oriente. Sin embargo, sus obras más impresionantes son las espléndidas hebillas con una superficie completamente cubierta con piedras y cristal cortados y bruñidos brillantemente.
Hebilla de bronce con granates y cristal. SVI d.C. Hebilla de diseño intrincado,
conserva el dorado original. Un cabujón oval en el centro se halla rodeado por
medias lunas dobles de color verde y rojo así como por cuatro perlas. El marco
contiene una estilizada voluta continua con forma de hoja.
Hebillas de bronce con cristal. s VI d. C. En estas hebillas la
particularidad de su diseño nos muestra cómo se han engastado unos cabujones en
la de arriba o celdas en la de abajo, dentro de una placa vacía.
Hebilla de cinturón de bronce con granate,
cristal y hojuela de oro. S VI d.C.
Almandinas cuadradas, rectangulares y en forma de S cubren toda la placa de la
hebilla y realzan su elemento central. Una presilla oval, con una lengüeta
ancha, sostiene de forma original tres incrustaciones de cristal.
Hebillas de bronce S VII d.C.
Cuatro anillos de oro S VI d. C.
Hebilla de bronce con hojuela de oro y cristal. SVI d.C. Hebilla con incrustaciones de
cristal naranja y verde, están engastadas en hojuela de oro. Franjas de medias
lunas, lentejas y rectángulos rodean un rectángulo central semejante a una
rejilla.
Colgantes de bronce con cristal. SVI d. C.
Par de pendientes de plata y oro. SVI d.C. Bolitas huecas de filigrana ceñidas
en el centro por una trenza, cuelgan de grandes aros . La técnica recuerda al
trabajo de los griegos.
Colgante de
bronce para jaeces. SVI d.C. El colgante para jaeces calado, contiene una
representación de dos cabras una frente a la otra, separadas por un árbol o
columna. Están de pie sobre una barra horizontal bajo la cual hay un modelo
floral. El motivo de animales encarados simétricamente es muy antiguo. El árbol
entre ellos se deriva del Árbol de la Vida, que tan a menudo se encuentra en el
arte de Oriente Próximo. Jaeces para caballos como este descienden de los
arreos de los jinetes de las estepas orientales.
Merovingios
Los francos fueron una oscura tribu germánica que ocupaba la densa
selva al este del Rin. Se les menciona por primera vez en la historia en el
siglo III d.C.
Cuando el futuro emperador Aureliano los combatió en Maguncia.
Alrededor del siglo V habían penetrado en Bélgica y en el norte de la
Galia. En el año 493 su caudillo Clodoveo se casó con Clotilde, una princesa de
Burdeos y cristiana ortodoxa. La conversión de Clodoveo fue un acontecimiento
decisivo: como paladín de los católicos venció a los visigodos arrianos de
Toulouse, que se retiraron definitivamente a España. Con esa victoria, los
francos se convirtieron en el reino germánico dominante en occidente y la
dinastía merovingia –llamada así por Meroweg, un antepasado semimítico- duró
hasta el año 751 cuando Pipio depuso al último del linaje. El
centro de poder de los merovingios había permanecido en el norte, un importante
cambio en la historia occidental, que se aleja del Mediterráneo. Menos
romanizados que los godos, los reyes francos no respetaron las sutilezas del
gobernante romano. La costumbre franca de dividir el reino entre todos los
hijos del gobernador desembocó en una gran matanza entre los herederos
reales.
Joyería:
Fíbulas digitadas, a menudo embellecidas con granates constituyen
un legado del arte germánico desarrollado en el sur de Rusia. Elaborados
broches disco embellecidos con gemas y filigranas se encuentran entre los frutos
más originales y magníficos de los orfebres merovingios de finales de los
siglos VI y VII.
Hebilla de cinturón con plata, lámina de oro y filigrana, marco
calado. Placas de láminas de oro decoradas con filigrana. Hebilla de la reina
Arnegunda, Tesoro de San Denis.
Hebilla de
cinturón
hierro con damasquinado en bronce. Decoración en plata.
Lombardos
Los lombardos o longobardos fueron los últimos en llegar al
antiguo Imperio Romano. Originariamente habitaban áreas cerca del Mar del
Norte, se trasladaron, por primera vez, al sur hasta la baja Austria, en el
siglos V. Bajo el mandato de Albuino su rey, los lombardos invadieron Italia en
el año 568. Fundaron su capital en Pavía en lo que continúa siendo Lombardía.
Nunca conquistaron Rávena o Roma. La consiguiente división de la península
itálica en norte y sur perduraría hasta la unificación bajo Víctor Manuel II,
en 1869. Los lombardos, a diferencia de los visigodos o los francos, se
aferraron a sus costumbres germánicas y se resistieron a integrarse con la
población conquistada. Con el tiempo, los lombardos fueron derrotados por los
francos, bajo Carlomagno, quien fue coronado emperador en Roma en el año
800 d. C.
Joyería:
El arte lombardo es ricamente ornamental y conserva las formas
animales entrelazadas de los germánicos del norte, combinando éstas con
policromía en oro y piedras preciosas.
Fíbula en
bronce.
Trenzas,
volutas entrelazadas. Una enorme máscara con un animal con la mirada fija, se
supone que son representaciones abstractas y esquemáticas de un animal. Su
cuerpo aplastado y las muescas sugeridas por sus vísceras.
Vikingos
Los pueblos conocidos como vikingos- daneses, suecos, noruegos- se
encontraban entre las últimas tribus que se atrevieron a salir de su patria en
busca de riqueza y nuevos territorios. EL comercio había sido la actividad más
importante de los escandinavos desde la Edad de Hierro, y hubo un comercio
continuo entre Escandinavia y el Mediterráneo oriental. Aunque se utilizaron
mucho las rutas terrestres fluviales, el mar era lo esencial para los vikingos,
que eran unos consumadnos constructores de barcos y marineros. Desde el año
800-1000 d. C. los invasores vikingos lanzaban continuos ataques a las costas
europeas tanto en el norte como en el Mediterráneo. Las crónicas contemporáneas
cuentan el terror que inspiraban estos nórdicos, quienes saquearon y quemaron
ciudades, iglesias y monasterios. Los invasores vikingos a menudo exigían
tributo en roro y plata a sus potenciales víctimas. Monedas y ornamentos
carolingios y anglosajones se encuentran en emplazamientos escandinavos. La
conversión de los vikingos al cristianismo, que no se consiguió hasta el siglo
XI, se atribuyó a San Olaf.
Joyería:
El arte vikingo presenta una pasión por la ornamentación compleja
y tiende a rellenar todo el espacio disponible con criaturas entrelazadas,
enroscadas y retorcidas. Las mujeres a menudo llevaban parejas de broches
abovedados, algunas veces, en forma de cabeza de oso.
Pendientes de plata con granulado, 4.3
diámetro, 2 bolas huecas con granulado y alambre enroscado flanquean un gran
ornamento central. La bola central tiene bultos cónicos y granulados.
Posible abertura del pendiente
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ResponderEliminarFascinante la historia de la Joyeria, ahora se porque https://elmimito.com existe en la actualidad.
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