El mundo nunca ha estado tan interconectado como hoy. El ritmo de urbanización de los países aumenta a un ritmo trepidante, tanto que en 2008 más de la mitad de la población mundial pasó a habitar en ciudades por primera vez en la historia. Pero ello no significa que en pleno siglo XXI no existan comunidades que vivan en su más absoluto aislamiento. En realidad se estima que pueden existir alrededor de 100 tribus indígenas sin contacto con el resto del mundo de forma voluntaria, aunque los datos no son muy claros. Las investigaciones han revelado que Brasil es el país que maneja los datos más precisos al respecto. Según información recogida a través de reconocimientos aéreos y entrevistas a miembros indígenas que han decidido tener contacto exterior, serían casi 80 las tribus que viven en una cerrazón total respecto al resto de la sociedad.
Es en el propio Brasil donde vive el hombre más aislado del mundo. Se sabe que es de la India y que pasa las noches en una frondosa choza de palma en la Amazonia brasileña. Las autoridades brasileñas han llegado a la conclusión de que es el último superviviente de una tribu indígena aislada. La tribu se conoció por primera vez hace casi 17 años y desde hace más de una década se han puesto en marcha numerosas expediciones con el fin de seguirle la pista y garantizar su seguridad, además de tratar de establecer contacto pacífico con él. Cuando se trata de tribus, se cree que los sentineleses (en las Islas Andamán del Océano Índico) son la más aislada del mundo.
”En 2009, había planeado convertirme en el invitado de 31 tribus aisladas y visualmente únicas. Quería ser testigo de sus antiguas tradiciones, participar en sus ritos y descubrir cómo el resto del mundo, amenaza con cambiar su forma de vida para siempre. Lo más importante es que quería crear un ambicioso documento estético fotográfico que resista el paso del tiempo. Un trabajo que constituiría un registro etnográfico insustituible de un mundo que desaparece rápidamente.”
Éstas son las palabras de Jimmy Nelson, fotógrafo inglés que entre los años 2009-2010 decidió pasar 2 semanas en diferentes tribus aisladas del mundo, sumando un total de 29 (en las que se calcula que viven 15 millones de personas) en un proyecto que denominó Before they pass away (“Antes de que desaparezcan”). En cada tribu, Jimmy conoció sus antiguas tradiciones, se unió a sus rituales y las retrató de una manera muy atractiva. Sus fotografías detalladas exhiben joyas únicas, curiosos peinados y ropa, sin olvidar el entorno y los elementos culturales más importantes de cada tribu, como los caballos de los Gauchos. Según Nelson, su misión era asegurar que el mundo nunca olvidara cómo solían ser las cosas.
¿Quién es Jimmy Nelson?
Jimmy Nelson (Sevenoaks, Kent, 1967) comenzó a trabajar como fotógrafo en 1987. Después de haber pasado 10 años en un internado jesuita en el norte de Inglaterra, salió por su cuenta para atravesar la longitud del Tíbet a pie. El viaje duró un año y a su regreso con su diario visual único, con imágenes reveladoras de un Tíbet inaccesible, se publicó con gran éxito internacional. Desde el año 1997 empezó a acumular imágenes de culturas remotas y únicas fotografiadas con una cámara de placa tradicional de 50 años de antigüedad. Muchos premios reflejaron la calidad y el reconocimiento a la extraordinariedad de sus trabajos.
Todas sus fotos se encuentran en un enorme libro de 464 páginas que se ampliará hasta llegar a convertirse en película. Así se embarca Jimmy en un viaje hacia los rincones más remotos de la Tierra y presenta a los últimos supervivientes de un mundo que desaparece. En este artículo se presenta el testimonio de su trabajo, que incluye tan sólo una parte de las tribus aisladas existentes hoy en el mundo.
Este artículo no pretende concebir a las tribus como algo museístico que deba ser preservado como si fuera una cosa del “pasado” versus la cultura “moderna” y no necesariamente comunidades que vayan a desaparecer (éste es tan sólo el título del proyecto expuesto de Jimmy Nelson). Más bien pretende presentar la riqueza cultural y social del mundo en el que vivimos y de la que quizás no somos completamente conocedores. Las tribus y comunidades indígenas del mundo deben tratarse desde su máximo respeto y aunque no caben actitudes paternalistas hacia ello -como si existieran estatus diferentes- sí constatamos la existencia de organizaciones que llevan a cabo numerosas acciones de difusión, sensibilización e incluso de llamado a la protección de tales comunidades. De hecho en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas se afirma que “todos los pueblos contribuyen a la diversidad y riqueza de las civilizaciones y culturas, que constituyen el patrimonio común de la humanidad. Para empezar a respetar a tales comunidades es bueno pues informarse primero sobre los mitos existentes sobre ellas.